En otra entrada de este blog hablamos de la conexión que hay entre nutrición y transformación y vimos algunos ejemplos relacionados con la nutrición del cuerpo… Sigamos un poco más con la alimentación… con lo que damos a nuestro cuerpo, por supuesto, pro también escuchemos con un oído metafórico y veamos lo que damos a nuestra alma, cuerpo y espíritu… y cómo podemos flexibilizarnos…
Pongamos atención al tipo de alimentos que de pronto empezamos a querer consumir, acaso nos hablen de algo nuevo en nuestra vida… De la misma forma veamos si hay algo nuevo que está entrando en nuestra rutina habitual, algo que hable de un nuevo reto, de algo que está surgiendo… o incluso de un momento oscuro que nos desconcierta…
A veces sentimos que algo está cambiando y no sabemos qué es, pero si en vez de seguir con lo habitual nos detenemos a escuchar, acaso podamos notar hacia dónde nos lleva la vida.
Ponle atención a tu cuerpo… pon atención si es que te está pidiendo hacer un cambio en tu alimentación y en tus prácticas de salud. Y me voy a enfocar ahorita en esto que es tan concreto, porque al aprender a escuchar los mensajes de nuestro cuerpo, vamos a aprender a escuchar los mensajes sutiles de nuestra alma.
Ve si de pronto sientes el deseo de seguir una dieta que incluya más vegetales o tal vez solamente vegetales… o por el contrario, después de un periodo de comer sólo vegetales ahora deseas un poco de proteína animal. O se te está antojando probar comida orgánica… o hacer una limpieza y desintoxicación… quizás empezar a usar suplementos y hierbas… o Flores de Bach u homeopatía… o a bajar (o quizá erradicar) el consumo de tabaco, alcohol, café, lácteos, azúcar, trigo…
Y en lo que respecta al movimiento, también escucha a tu cuerpo, pues el movimiento también nutre al cuerpo y al alma. Busca no hacer ningún ejercicio que te estrese… tampoco hagas ejercicio por ninguna otra razón que no sea el placer de mover tu cuerpo. Piensa que el ejercicio es la celebración de lo tu cuerpo puede hacer y no el castigo por lo que has comido o por no tener el cuerpo perfecto que nos venden los medios. Cambia el concepto de “ejercicio” por el del “movimiento placentero” y notarás un cambio radical.
Entonces, cuando se trata de encontrar la conexión entre nutrición y nuestra transformación personal, te voy a dar unas cuantas claves secretas…
Primero. Haz todo desde un lugar de confianza. O sea, confía en la sabiduría de tu cuerpo, confía en tu vida, en la forma en que de manera instintiva buscas cierto tipo de alimentos, situaciones, movimientos… aunque a veces la inercia parezca llevarte en sentido contrario. Confía en esa sabiduría y todo estará bien.
Segundo. Sé curioso, sé un detective o un científico de tu propio cuerpo y permítete experimentar, con apertura e inocencia.
Tercero. Concédele suficiente valor a esto que se llama “transformación personal”. Mientras más lo valoremos, más patente lo veremos en nuestra vida.
Una buena nutrición en asuntos de alimentación es importantísima, pero nuestro trabajo no termina ahí. Lo que hagamos por la nutrición integral de cuerpo, alma, espíritu, mente y corazón no puede quedarse en un buen plan alimentario.
Cuando valoramos el cuidado y la salud de todas las áreas de nuestra vida, cuando atendemos a la salud de nuestra alma, el cuerpo responde a ello de manera natural.
Por favor cuéntanos si alguna vez te has fijado en que al cambiar la calidad de tu alimentación también cambió la calidad de tu mundo interno. Y si alguna vez al hacer un cambio en tu manera de estar presente en tu vida, también hubo cambios en tu alimentación.
Y comparte este artículo si crees que hay alguna persona que pueda beneficiarse con él.