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Les comparto mi experiencia


Esta será una entrada para compartir mi experiencia en el Institute for the Psychology of Eating. Justo en estos días he visto tres videos que “por alguna razón” llegaron casi de manera simultánea. Los tres sobre mí y mi experiencia en ese lugar. Vamos por partes y desde el principio. El cambio y el aprendizaje llegó por lugares inesperados.

Me enteré del Instituto este hace como un año (agosto-septiembre 2014), por un evento anual que ellos organizan a partir de una serie de charlas que durante cinco días tienen con expertos en diversos temas. Si uno las ve el mismo día que las transmiten, son gratis. O puede uno comprar el paquete de las 40 o más entrevistas para tenerlas en la computadora y escucharlas después con calmita.

Me llamó la atención porque había una entrevista con Thomas Moore, uno de mis autores favoritos en esto de la Psicología Arquetipal, por su libro “El Cuidado del Alma” que puedo decir que fue mi puerta de entrada, hace como 16 años, a este fascinante mundo. Vi la entrevista con Tom y otras cuatro o cinco más. Y, picada como soy, compré toda la serie de entrevistas y entré a la página de este instituto.

Escuché que uno de sus maestros y fuente de inspiración era James Hillman, ¡mi “abuelito” en esta disciplina! (el bisabuelito es C.G. Jung), así que abrí todavía más los oídos y el corazón, que ya latía a mil por hora ante la perspectiva de ahondar más en estos campos desde una perspectiva diferente. Y vi que tenían una formación en línea… y más me emocioné. Incluso mandé un video explicando por qué quería yo entrar a la formación y solicitar una de las tres becas que daban. Un video corto y un tanto apresurado, pues la fecha límite de entrega era tres días después de que vi la convocatoria: https://www.youtube.com/watch?v=1lIHQsxvOEY (por si les da curiosidad o por si no los atosigué suficiente con que lo vieran y le dieran LIKE).

No gané la beca, a pesar de que mi video estaba muy mono. Pero sólo contaba mi historia y mis razones para ganarla pero no decía cómo aplicaría lo aprendido a la vida diaria (si entonces hubiera sabido lo que ahora sé…). De todos modos yo estaba decidida a entrar, así que moví todos mis recursos y conseguí apoyos, algunos con “V” de vuelta y otros no, para poder pagar la formación… y empecé unas semanas después, feliz de la vida.

En el primer módulo se habla de los principios básicos de la alimentación Mente-Cuerpo y de la aproximación que uno debe tener con la gente, a partir de hacerla sentir “bien”, y no quiero decir que sea darle a la gente por su lado, sino hacerle saber que la relación que tenemos con la comida y con nuestro peso es un reflejo de nuestra relación con la vida. Que esos “síntomas” o manifestaciones eran los mensajeros, y que no había que confundirlos con el mensaje que requería nuestra atención.

Los otros seis módulos hablaban de peso y sobrepeso, de los estragos del estrés en la vida en general y con el peso en particular, de energía, cansancio y enfermedades, de cambios de humor, de comeres compulsivos y hacer dietas de manera crónica, de rollos digestivos, y también de nutrientes, proteínas y otras cualidades de los alimentos. Y en cada módulo nos daban material escrito y una lista de cinco o seis libros para complementar la formación.

Cada cuatro o seis semanas sacaban un módulo nuevo, previa presentación de un examen de opción múltiple como de 35 preguntas. Y conforme pasaba el tiempo, yo iba viendo que mi ropa me quedaba más apretada… ¡qué ironía!

En un par de días sigo mi relato… estén pendientes por favor…

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