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El Segundo Cerebro


Un “segundo cerebro” funciona en el abdomen y regula emociones. Su red neuronal no elabora pensamientos,pero influye en el estado de ánimo y hasta en el sueño.

Michael Gershon, investigador de la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, y autor de El segundo cerebro ( The Second Brain ), un libro de referencia en las investigaciones sobre el tema, explica que, conocido técnicamente como sistema nervioso entérico, el segundo cerebro está compuesto por capas de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal, y que contiene unos 100 millones de neuronas.

En 1991 el Dr. André Armour descubrió un tercer cerebro en el Corazón. Tiene unas 40.000 neuronas que juegan un papel demasiado importante en todo el despliegue del Sistema Nervioso. Este tercer cerebro se llama INTRÍNSECO. Tiene sus propios circuitos y es 5.000 veces más intenso en su campo magnético y 60 veces superior en capacidad eléctrica que el cerebro craneal. Además produce hormonas como la oxitoxina y la prolactina que tienen grandes repercusiones en todo el organismo.

Entonces podríamos decir que tenemos tres cerebros. El cerebro (propiamente dicho), el corazón y el aparato digestivo. Hay tantas conexiones neuronales en cada uno de ellos que es impresionante. Para el control y el dominio de ellos los antiguos inventaron la meditación, el yoga, etc, etc. Por eso la posición ideal para la meditación es la " FLOR DE LOTO" sentado con las piernas entrecruzadas y la espalda recta. Esto alinea cerebro, corazón, y aparato digestivo.

Emeran Mayer, profesor de Fisiología, Psiquiatría y Ciencias del Bio-comportamiento de la Universidad de California, le dijo a esa publicación que una gran parte de nuestras emociones probablemente se vea influida por los “nervios de los intestinos”. En el mismo sentido, Gershon afirma que el bienestar emocional cotidiano quizá también dependa de mensajes que el cerebro intestinal envía al cerebro craneano. Guido Lantorno, jefe de la Unidad de Motilidad Digestiva del Hospital Bonorino Udaondo, le explicó a Clarín que, aunque de modo indirecto, a través del eje cerebro-intestinal, el sistema nervioso entérico puede influir en situaciones emocionales y en otros síntomas como la hipersensibilidad al dolor.

"Yo pienso que ese segundo cerebro si que interfiere con las emociones, y yo lo veo mucho en mi consultorio con pacientes deprimidos...curiosamente muchos padecen del colon o refieren que tienen problemas digestivos. Todo nuestro sistema esta conectado y las emociones intervienen de manera conjunta".

(El video fue tomado de la página "El Ciudadano" y los comentarios expuestos ahí sirvieron de base para este artículo)

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