top of page

Hacerte cargo de ti


Cuando te sientes mal, ya sea por causas físicas o emocionales, ¿sientes que la vida es injusta contigo? ¿Eres Llorandita o buscas qué hacer?

Lo que pudiera parecer como algo malo muchas veces, tal vez no siempre, pero muchas veces, puede ser visto como una lección de vida, como un aprendizaje del alma, como algo que está retando a nuestro espíritu a ir más allá de sí.

Ve si puedes, y quieres, mostrarte a la altura del reto… darle la cara, verlo de frente y decirle “SÍ” a la vida. Ve si te puedes salir del papel de víctima, del Club de los Lloranditos. Ve si quieres hacerlo.

Ve si puedes ir por la vida haciéndote cargo de ti, de tu cuerpo, de tus emociones. Y acaso puedas dejar ir algunos apegos que, si te fijas bien, te tienen más bien anclado y por eso no puedes hacer el cambio o la transformación que deseas.

Fíjate con qué te nutres, y en qué forma te das o nutres a los demás. Estoy hablando de ciertos alimentos, de ciertas relaciones, de ciertas lecturas, de ciertas actividades; recuerda que todo en la vida es un espejo, y lo que vemos en un área de nuestra vida es probable que tenga resonancia con otros aspectos.

La misma energía que usamos para colocarnos en el lugar de víctimas desvalidas nos puede servir para dar el gran paso, para templar nuestro carácter; esa misma energía la podemos usar para transformarnos… y también para ser más amorosos con nosotros, para ser más compasivos con nuestro proceso.

No digo que sea fácil ni rápido, conste, es un proceso que requiere consciencia y recuerda que la conciencia sana. Requiere de las Cinco P’sPráctica, Paciencia, Perseverancia, Propósito y Pasión. Y de Describir para Descubrir, pues ahí está la clave.

Cuando nos cachemos quejándonos ya sea de que estamos muy gordos o que somos chaparros o que la vida es injusta, o que otros abusan de nosotros, o que estamos enfermos o que nos sentimos mal o que no nos atrevemos a hacer algo, vamos a darnos un abrazo… un beso… y vamos a felicitarnos porque ya logramos verbalizar que hay algo que no nos acomoda y que al decírnoslo ya estamos iniciando el proceso de cambio. Vamos a acreditar que la queja, sobre todo a estas alturas de la vida, tal vez no sólo sea para compadecernos de nosotros mismos. Tal vez sea para YA hacer algo.

Tal vez podamos ver esas quejas como una llamada de auxilio de nuestra alma para iniciar un proceso de transformación personal. Tal vez podamos acreditar que nuestra alma ya nos está pidiendo prestarle atención, y tal vez ya podamos empezar a silenciar a la “Loca de la Casa” (como le decía Santa Teresa a ese parloteo incesante que no para)… podemos silenciar a esa loca, para empezar a ponernos atención a nosotros.

Vamos a acreditar que somos seres sensibles y que buscamos nuestra plenitud y la plena expresión de nuestro ser. Pero también nos veremos con compasión por lo que hemos querido pero no hemos podido hacer hasta ahora. Los seres humanos somos vulnerables y es probable que a veces perdamos el rumbo; muchas veces nos sentimos heridos; muchas veces nos sentimos confundidos y muchas veces no sabemos ni qué hacer.

Estamos aquí para ayudarnos unos a otros. Si nos logramos salir de nosotros mismos; si logramos ver que nuestras heridas están aquí para enseñarnos a ser más compasivos y tolerantes no sólo con nosotros mismos sino con otros; si logramos empezar a ver más allá y darnos cuenta de que tenemos mucho que dar y que compartir con otros, de verdad empezaremos a ver puertas en donde antes sólo veíamos paredes… y lograremos subir esa montaña que nos permitirá ver el panorama y las posibilidades que se extienden ante nosotros y, tal vez de la mano del miedo, que también puede ser nuestro aliado, empezaremos a hacer algo o mucho de lo que por años habíamos soñado… pero habíamos enterrado detrás de un mundo de excusas o de supuestas limitaciones.

¿Cuál dirías que es tu lección de alma? ¿Qué es lo que te llevará más allá de ti? ¿Qué te gustaría hacer si vivieras?

86 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page