Después de tres meses de vivir encerrada en tu casa, lo primero que quieres hacer es salir. Pero ¿salir para qué? ¿Vas a volver a tu vieja rutina o, por el contrario, estás decidida a hacer cambios que te permitan ser diferente?
No importa lo que elijas, mientras sea tu decisión y estés convencida de ello.
Al volver a su mundo habitual, y esto se da generalmente después de volver de vacaciones, mucha gente se pone objetivos, pero es muy común que éstos sean olvidados después de unas cuantas semanas. No formes parte del grueso de la población y sigue estos consejos hasta alcanzar tu meta.
1.- No permitas que te desanimen
Por lo general a las personas les cuesta mucho cambiar, aún y cuando el cambio no les concierna de forma directa. Vas a escuchar muchas voces que te invitarán a abandonar tus objetivos.
Y aquí es cuando deberás separar el oro de la paja. Pregúntate de quién viene el consejo. Si es de alguien que sabes que te quiere, y cuyos consejos han sido acertados en el pasado, quizás debas detenerte a evaluar tus metas, incluso las puedes discutir con esa persona. A lo mejor ellos están viendo un peligro que tú no viste o quizás ellos tengan una visión distorsionada de lo que ansías lograr. De cualquier forma, te invito a que escuches y reflexiones, y después tomes tu decisión.
Por el contrario, si la invitación a abandonar tus objetivos viene de alguien que siente envidia o miedo a que tú cambies, agradécele su interés y sigue con tus planes. No permitas que comentarios de esta naturaleza te quiten tu motivación.
2.- Desarrolla hábitos
La única forma de conseguir un cambio importante en tu vida es con constancia (y también con disciplina, pero esa la veremos más adelante).
Vamos a suponer que tú no lees ni la caja del cereal durante el desayuno, y tu objetivo es leer 5 libros al año. Si crees que con decidirte a leer ya lo vas a hacer, estás muy equivocada.
Si quieres leer cinco libros en un año, tendrás que empezar con establecer una rutina. Dedicar unos minutos al día, de preferencia alrededor de la misma hora, para arrancar con las primeras páginas. Yo te aconsejo que no sean lapsos muy largos, a fin de que no lo sientas tedioso. Y lo más importante es que evites no cumplir con tu tarea. Siempre habrá alguna excusa que haga que rompas con tu rutina, pero tú, resiste. Dicen que si logras cumplir por 21 días (otros autores marcan 45 días) con este nuevo hábito, tu cuerpo y tu mente se acostumbrarán a ello y podrás hacerlo de forma mecánica (aunque no me gusta mucho ese término).
3.- Trabajar duro
Dicen que el éxito está compuesto por 1% de inspiración y 99% de transpiración.
Vas a tener que focalizar tus esfuerzos para lograr tus objetivos. Como ya lo comentamos en párrafos anteriores, tu rutina, tus viejos hábitos y tu zona de confort van a conspirar en contra de ellos. Y es justo en esos momentos en que tus esfuerzos deberán redoblarse.
No es fácil, pero tampoco es imposible. Y tu éxito será la mayor recompensa. Como decía un comercial de bebidas alcohólicas de los años 70’s “si las cosas que valen la pena, se hicieran fácilmente, cualquiera las haría”. Atrévete a ser ese garbanzo de a libra.
4.- Disciplina y constancia
Si te preguntas cuál es la diferencia más importante entre los atletas de élite y los demás, sin duda, la respuesta es la disciplina.
La disciplina es la fuerza que te va a empujar para seguir adelante cuando tu deseo de cambio se empiece a tambalear. Si de verdad estás dispuesta a lograr un cambio en tu vida, deberás realizar las tareas necesarias, aún y cuando a veces preferirías volver a tu zona de confort.
5.- Planeación
Para alcanzar tus metas necesitas tener primero un plan; no se trata de, como dirían las abuelas, lanzarte como el Borras.
Tener un plan de acción, calendarizado, te permitirá, en primer lugar, recordar lo que tienes que hacer, evitando, así, la excusa del “se me olvidó”.
Además, al tener marcado el inicio y el fin de cada una de las tareas, podrás medir tus triunfos, lo que te motivará a seguir adelante. Respecto a este punto, te recomiendo separar tu gran cambio en pequeñas acciones, a fin de que te resulte menos imponente, que a su vez provocará que no te abrumes y abandones tu proyecto.
Además, podrás organizar tu tiempo para todo lo que tienes que hacer.
6. Buena actitud
No se trata de que te unas al club de los optimistas, pero sí que tengas una buena actitud ante el esfuerzo que te va a implicar cambiar, así como hacia los obstáculos y fracasos a los que te vayas enfrentando.
Tú debes ser tu porrista número uno.
7.- Paciencia
Salvo que tu gran objetivo haya sido experimentar un nuevo corte de pelo, los cambios importantes en tu vida tomarán tiempo. Y, junto a la disciplina y constancia, la paciencia va a ser una gran aliada en tu lucha por cumplir tus objetivos.
Recuerda que cumplir con un plan a medias es no cumplirlo. Vas a terminar por volver a tu zona de confort antes de que te des cuenta. Como diría Serrat, en su canción Hoy puede ser un gran día “Pelea por lo que quieres, y no desesperes si algo no anda bien”.
Paciencia, mi joven Padawan.
8.- Tener un mentor
Un mentor, o una mentora, es aquella persona que tiene más experiencia que tú en el proceso del área que deseas cambiar. Algunas veces es porque ya recorrió ese camino y otras porque se ha dedicado a estudiar el proceso en sí, aunque, por lo general, es una combinación de ambas. Tu mentor te mantendrá motivada y enfocada para que no te disperses y logres avanzar para alcanzar tus objetivos.
Muchas de tus dudas desaparecerán, ya que sabrás en todo momento cuál es el siguiente paso a seguir
Te ayudará a confiar más en ti misma y a valorar más tus avances para que dejes de autosabotearte creyendo que no eres capaz de lograrlo.
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